Lo que dio la puntilla a la serie fue la incorporacion de Bernadette: le añadieron ese típico condimento hollywoodiense-tradicionalista de “apenas nos conocemos, tenemos veintipocos años pero casemonos! Los años no pasan en balde y no los quiero pasar comiendo helado de fresa mientras me empapo de Rene Zellweger y Sex in the City”. Eso unido al asesinato del Sheldon original supuso que otra sitcom fuera a la Papelera del monton de ñoñerias. Gracias a las primeras temporadas comprendia conceptos de ciencias experimentales que escapaban a mi formacion humanistica. Ahora, con todo respeto, aburre y solo divierte a los de lagrima facil.
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